Si trabajas durante el día, te recomendamos que no hagas siestas después de las 3 de la tarde (asumiendo que te acuestas alrededor de medianoche).
Eso significa que, aunque trabajes de noche, puedes hacer una siesta antes de ir al trabajo, o incluso en tu descanso, siempre y cuando la hagas nueve horas antes de acostarte.
Si la haces, asegúrate de que no sea en la cama, que no dure más de 20 minutos y, sobre todo, que refleje una necesidad, no un hábito. Las siestas planificadas no son una buena idea, ya que no hay manera de saber de antemano cómo será nuestro día, o de saber si estaremos realmente cansados o no.
Si estás cansado pero ya no es momento para dormir la siesta, tienes otras opciones. Como por ejemplo practicar técnicas de relajación, tomar algo de aire fresco, o cambiar de actividad para evitar el cansancio por repetición.